Escribe: Gretell Rebaza Araujo

La segunda ola del covid-19 nos coloca nuevamente frente a un escenario dramático, la extensión de la pandemia continúa dejando muerte y dolor; la curva de contagiados y muertos sigue en asenso no sólo en Lima y Callao, sino también en la mayoría de regiones de costa, sierra y amazonia; nuestro sistema de salud se encuentra colapsado desde hace semanas. La capacidad de respuesta del Gobierno de Sagasti no sólo fue tardía (dictó medidas después de dos semanas de confirmar la segunda ola), sino también no hay acciones innovativas como parte de la estrategia sanitaria, y las medidas tomadas son insuficientes.

La experiencia de Europa, que vivía una segunda ola desde el último trimestre del año pasado; nos permitía predecir lo que podía ocurrir acá, sin embargo no se hizo por parte del Gobierno ningún plan de prevención, tampoco se aprendió de los errores cometidos en la primera ola, no adoptándose medidas a tiempo, que pudieran evitar lo que hoy estamos viviendo y las consecuencias pueden ser aún más terribles. En nueve regiones del país consideradas en riesgo extremo, se inició una cuarentena, como medida de contención es importante, pero otro tanto ó más, son medidas mucho más eficaces en la prevención, como es el fortalecimiento del primer nivel de atención (postas y centros de salud), que no se ha priorizado, sobre los cercos epidemiológicos ni se ha dicho nada, tampoco se implementaron plantas de oxigeno y seguimos viendo interminables colas para adquirirlo, además se continúa mercantilizando con la salud y no se combate el acaparamiento y la especulación del mismo; no se incrementó las camas UCI, no se contrató, ni se preparó, más profesionales de salud cuya cantidad es insuficiente, se demoró la compra de las vacunas. Además no hay una estrategia agresiva de campañas de comunicación sobre las medidas básicas para prevenir los contagios, como el uso de mascarillas, la implementación de la vacuna; así como deficiencia en la comunicación del Ejecutivo en sus mensajes con la población, generando incertidumbre.

La estrategia del Gobierno de una cuarentena, para que no sólo sea un saludo a la bandera, debe estar acompañada de garantizar la sobrevivencia y alimentación a las familias en situación de pobreza, extrema pobreza y en situación vulnerable, para no obligar que estas tengan que salir a las calles a ganarse el sustento diario, el bono ofrecido de S/600 soles no será eficaz si es tardío en llegar, y si es un bono más por única vez, igualmente las canastas familiares, se necesita se fortalezca a los comedores populares y/o ollas comunes. Es urgente se implemente la ayuda a los sectores más necesitados, de lo contrario no se resolverá sus necesidades para sobrevivir y saldrán a las calles con el altísimo riesgo de contagiarse y con las consecuencias de que se siga extendiendo el virus.

No se puede permitir el “sálvese quien pueda”, no se puede permitir un costo altísimo de vidas humanas sobre todo de los más necesitados. El Gobierno debe estar dispuesto a cambiar la estrategia, poniendo en primer lugar proteger la vida de la gente.

Hay que rescatar la fuerza del pueblo peruano, para salir adelante a pesar de las crisis y vencer la adversidad, que nos ha demostrado hermandad y solidaridad con los que menos tienen, confiamos en su lucha hoy y siempre, apostando por un PERU MEJOR .