Por: Eco. Gretell Rebaza Araujo.

La decisión tomada por el presidente Pedro Castillo de reformular su gabinete ministerial, no ha sido recibido bien por un sector de Perú Libre que lo ha visto como una “derechización” o hasta una “traición”, una apreciación bastante infantil y ajena a la realidad por quiénes lo sostienen. Por el contrario Castillo mostrando capacidad, madurez y responsabilidad optó por un audaz movimiento político a cambio del fortalecimiento político de su Gobierno. Una decisión que no esperaba la oposición, que iba por la censura de dos o más ministros, entre ellos Bellido, con ello el presidente Castillo asumió la ofensiva y asentó su figura de autoridad que con tanto empeño intentó la oposición deteriorar.

En un escenario político de una permanente campaña de desestabilización por parte de la derecha golpista, que juntamente con los medios de comunicación escudados en la libertad de expresión que ejercen arbitrariamente; operan como fuerzas de oposición al Gobierno atizando el “fantasma del comunismo”, desde el día mismo que juramentó a su primer gabinete, no han cesado de atacar y hasta “terruquear” a algunos de sus ministros, que llevó a la renuncia de Béjar y a interpelar a Maraví , cuya censura estaba ya cantada. En ese sentido la confrontación entre Ejecutivo y Legislativo crecía con la aprobación “expres” de la ley que ponía límites a la cuestión de confianza, dejando sin armas al Ejecutivo, ante un eventual cierre del Congreso (observada por el presidente y aprobada por insistencia, se apelará al TC), una ley inconstitucional que rompe el equilibrio de poderes, facilitando las condiciones para una vacancia, todo esto en medio de un clima de polarización e incertidumbre política.

A éste escenario el afán notorio de protagonismo de Vladimir Cerrón y el expremier Bellido, abonaba al ruido político dando a la oposición argumentos para cuestionamientos y solicitar la renuncia de Bellido. Sin embargo Castillo había optado por mantener a Bellido, pero las desavenencias de éste último con algunos de los ministros, y hasta con el mismo Presidente fueron escalando en intensidad, al entrar en constantes contradicciones y hasta desautorizaciones públicas, lo que Castillo calificó como “exabruptos” del ex premier. Lo que estaría detrás era un distanciamiento entre Castillo y Cerrón, por las presiones ejercidas por éste último para mantener su cuota de poder en el gobierno, que se manifestó en duras críticas a los ministros que forman parte de la coalición conformada desde la segunda vuelta electoral en apoyo a Castillo. Esto estaba debilitando al gobierno y permitía a la derecha opositora a poner en duda el liderazgo de Castillo, tenía que tomar una decisión apostando por la gobernabilidad y planteó la reformulación de su Gabinete, cerrándole el paso a sus opositores.

El presidente Pedro Castillo, no es que cedió a la derecha como sostiene el ala cerronista, tampoco significaba una traición, nada más alejado de la realidad; no es verdad tampoco que sacó a Bellido porque puso en agenda la renegociación del gas como pretenden sostener. Por el contrario, Castillo tenía que defender su proyecto político de Gobierno, pero la presencia de Bellido se hacía insostenible por la tensión de fondo, que podía desbordarse en el plano político. Por ello necesitaba terminar de construir un gabinete “por la gobernabilidad” que baje la inestabilidad política generada por la fuerte oposición, que le permita resolver en el plazo inmediato la crisis sanitaria y económica y además cumplir con sus principales banderas políticas como ya se ha reafirmado en ejecutar la renegociación y masificación del gas, la reforma agraria, la reforma tributaria, la revisión de los contratos ley, enfrentar problemas estructurales muy complejos como la corrupción, violencia, pobreza y desigualdad; así como construir el nuevo pacto social como parte de un proceso constituyente..

La nueva premier Mirtha Vásquez, creemos estará a la altura para cumplir los objetivos propuestos, las críticas interesadas que recibe de algunos sectores no tienen asidero, ella es una mujer de izquierda, provinciana conocedora de la realidad de las regiones, defensora de los derechos ambientales que se enfrentó y ganó un juicio a un séquito de abogados de la minera Yanacocha, en un caso que dio la vuelta al mundo; se enfrentó al golpismo desde el Congreso, cuenta con experiencia para dialogar y negociar que es sumamente necesario en estos momentos donde la política puede definirse también como una manera de ejercer el poder con la intención de resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad.

Castillo, tiene claro que el proyecto político que enarboló para llegar a ser gobierno, necesita de la más amplia unidad no sólo de las izquierdas sino también de las fuerzas progresistas, para darle soporte político y social al Gobierno y permitirle realizar los cambios de fondo que el país reclama. Por ello tratará de mantener una relación de entendimiento con la bancada de Perú Libre, la cual debe reflexionar antes de colocarse en una posición opositora, pues no se puede hacerle el juego a la derecha golpista, para quienes la vacancia sigue siendo una de sus cartas, más allá de los factores coyunturales. (Diario Vecinal)