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PERÚ LIBRE NO HA SABIDO PRIORIZAR LA UNIDAD DEL PUEBLO

Publicado: 2021-10-18

Por: Eco. Gretell Rebaza Araujo.

A dos meses y medio de la gestión del Presidente Pedro Castillo, el partido Perú Libre jefaturado por Vladimir Cerrón, decidió patear el tablero, tras la separación de Bellido del premierato; anunciando la ruptura con el gobierno al declarar que no emitirá el voto de confianza al “gabinete caviar” como denominan al Gabinete de Mirtha Vásquez.

Según el comunicado de Perú Libre, otorgar el voto de confianza implicaría una incoherencia principista. Una mirada política muy errada, pues para nada la designación de Vásquez ha significado la derechización del gobierno. Ella es una mujer de izquierda, que ha asumido en varias ocasiones la defensa de los derechos ambientales y sociales de las minorías; considerada por la derecha como “antiminera” y si bien ha dicho que hay temas prioritarios como la crisis sanitaria y económica, y que busca concertar con otras fuerzas políticas; esto no significa estar en contra de las principales banderas políticas levantadas en la campaña.

Sin embargo, esto ha sido respondido con agravios por la facción cerronista de Perú Libre, calificándolo como una traición del Presidente Castillo; lo que no es cierto, pues se ha cambiado personas, pero no ha variado su Programa, ni sus políticas del Gobierno, el mismo se ha ratificado que no hay viraje alguno. Por el contrario Castillo tenía que defender su proyecto político, en un escenario que se polarizaba cada día más; esto agregado que al interior del propio gabinete, la confrontación pública de algunos ministros con Bellido hacía insostenible su presencia por la tensión de fondo que podía desbordarse en el plano político hasta llegar a una vacancia o golpe parlamentario. Por lo cuál necesitaba terminar de construir un gabinete “por la gobernabilidad” que baje la inestabilidad política generada por la fuerte oposición, y le permita a Castillo concretar las propuestas ofrecidas en su mensaje de 28 de Julio.

La posición de Cerrón, asumida por una facción de Perú Libre, es totalmente errada e irresponsable que no está a la altura del momento crucial que enfrenta el país económica y políticamente; donde se necesita de la más amplia unidad del pueblo para respaldar la gestión de Pedro Castillo y no permitir que las fuerzas antidemocráticas del Congreso avancen en su objetivo de vacar al presidente. Además esa decisión no cohesiona a Perú Libre, sino lo fracciona como bancada y como partido.

Perú Libre no ha sabido priorizar la unidad del pueblo, por encima de los intereses partidarios o personales, al primar el hegemonismo, sectarismo, y dogmatismo, al no saber interpretar la cuestión fundamental de la relación que debe existir entre partido y frente. Lo que hizo Cerrón fue presionar para dirigir la gestión y no supo manejar las contradicciones internas, viendo a la coalición de izquierdas como sus enemigos y no como sus aliados, al perder el control, quedó aislado y fuera de juego y quiere hacer creer que Castillo claudicó a sus principios y acusa a las distintas vertientes de izquierda que lo apoyan como centro derechismo entre otras calificaciones, eso no es política es diatriba.

Pero lo peor, es que le hace el juego a la derecha golpista, al colocarse en la misma línea “ no votar por la confianza”, es decir hace exactamente lo que la extrema derecha quiere, sabotear a Castillo y no dejarlo gobernar, en la práctica se unen contra el gobierno boicoteando los esfuerzos por concretar las políticas de cambio que propone. Es la izquierda que quiere la derecha, aquella que bajo el pretexto de su "radicalidad", hace finalmente, lo mismo que sus opositores, bajo la premisa nunca probada de que están traicionando los principios del partido.

La reflexión que podemos hacer sobre la ruptura del partido Perú Libre con Castillo y la coalición de izquierda que comparte su plan de gobierno y banderas como una nueva Constitución, que apostó y contribuyó al éxito electoral de Pedro Castillo en la segunda vuelta. Lo que hace es dividir nuevamente al campo popular. La ruptura pone a Perú Libre frente a su propia responsabilidad ante las posibilidades futuras dentro de la política de la izquierda peruana; debilitando la unidad del pueblo necesaria para apoyar a este Gobierno; así como el valor trascendente como es la consolidación del poder del mismo.

Es la primera vez en la historia del Perú, que la izquierda llega a ser gobierno, es la primera vez que es Presidente un hombre de base, de origen campesino que no cedió a la derecha como sostiene el ala cerronista, que no traicionó, que si lo hiciera seríamos los primeros en decirlo; que tiene una visión práctica del sentir del pueblo y de lo que demanda, que le va a permitir manejar su gobierno. Hay que trabajar la agenda de la izquierda que es coincidente en que el gobierno solucione los problemas estructurales, como garantizar los derechos fundamentales a la salud, la educación, el trabajo, la vivienda, la lucha contra la corrupción y la renegociación de los contratos lesivos para el país; tenemos que hacer todo lo posible para que se cumplan.

Asimismo, la izquierda tiene que plantear la necesidad de un nuevo momento constituyente que asista a una asamblea constituyente como nuevo paso de la nación en su conjunto, y levantando la bandera de refundación de la nación, de la nueva república, de cara al bicentenario y por supuesto lograr concretar una nueva Constitución y para ello se necesita la unidad de las izquierdas, de las organizaciones populares y sectores progresistas de la sociedad. (Diario Vecinal)


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VISIÓN CIUDADANA

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