Por: Gretell Rebaza Araujo.

El Congreso perpetró un duro golpe a la democracia, al restringir la voluntad soberana del pueblo a una consulta popular mediante el referéndum. Con 72 votos a favor, 44 en contra y 0 abstenciones; aprobó por insistencia el proyecto de Ley que establece que toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Legislativo antes de ser sometida a referéndum; norma que fue observada por el Ejecutivo, por tener varios visos de inconstitucionalidad, por lo que se espera que éste planteará una acción de demanda ante el Tribunal Constitucional (TC) para que determine si es compatible o no con la Constitución.

Es reprobable, las burdas maniobras realizadas por el fujimorismo bajo el amparo que le confiere la comisión de Constitución presidida por Patricia Juárez quién impulsó el proyecto de ley y que fue respaldada por sus aliados Renovación Popular, Avanza País, APP, Acción Popular y Podemos Perú; bajo el argumento falaz de que se está defendiendo la Constitución de 1993, cuando ésta incorporó el referéndum como un mecanismo de “democracia directa”, destinado a permitir la participación de los ciudadanos en las decisiones políticas y, por esta vía, superar o, cuando menos, reducir la insuficiencia de legitimidad que suele atribuirse a la democracia representativa.

El nuevo dictamen modifica los art. 40 y 44 de la Ley 26300 de Derechos de Participación y Control Ciudadanos, que comprendía que toda reforma constitucional debe ser aprobada con mayoría simple y luego ser ratificada en referéndum o recibir la venia de 87 congresistas en dos plenos de legislaturas diferentes. Ahora con la ley aprobada se prohíbe la convocatoria a consulta popular para reformas constitucionales que no hayan sido discutidas previamente en el Congreso, para así limitar al ciudadano un derecho tan importante como participar en un referéndum. Eso es condicionar el ejercicio del derecho ciudadano a referéndum a la voluntad el Congreso.

Con esto se quiere limitar el cambio de la Constitución; ahora con el dictamen aprobado por ejemplo para lograr la Asamblea Constituyente. Se tendrá que presentar un proyecto de ley de reforma constitucional, discutirlo en la Comisión de Constitución y votar su aprobación en el Pleno del Congreso.

Es una contradicción flagrante que mientras el Congreso, se niega a generar un debate nacional sobre temas constituyentes y limitar el derecho a la Participación Ciudadana, para temas vinculados a la Constitución, abusivamente viene alterando la Carta Magna con cambios continuos. De manera abusiva están modificando la normativa en favor del golpismo y la inestabilidad política.

El titular del poder constituyente es el pueblo, no el Congreso. Este es titular de la potestad de reformar la Constitución, el mismo TC hace años se manifestó que, para una nueva Constitución y poder constituyente, es indispensable la participación del pueblo en referéndum.