Por. Gretell Rebaza Araujo.

Las empresas mineras vienen obteniendo exceso de ganancias debido al gran aumento de los precios internacionales de los metales principalmente el cobre, oro etc. mientras siguen tributando lo mismo y gozando de exoneraciones tributarias.

El precio del cobre se encuentra al tope, hoy se cotiza por encima de los US$ 10.000 por tonelada junto al oro. Como opinó recientemente en un tuit Pedro Franke el alza del precio del cobre es un factor detrás del crecimiento de las “ganancias de las mineras sin haber hecho mayor inversión”. “Cuando el pueblo sufre el alza de precios, no debieran contribuir más para ayudar a aliviar las necesidades populares.”

Efectivamente en el Perú existe una muy desigual distribución del ingreso y la riqueza, la cual se sustenta en los fuertes sesgos y privilegios en materia tributaria. Por ejemplo las empresas mineras desde el gobierno de Alberto Fujimori gozan de exoneraciones tributarias como la deducción del IR por inversión en infraestructura; la recuperación anticipada del IGV pagado en la etapa de exploración; reinversión de utilidades entre otras.

Solamente en el último año el Estado reintegró o devolvió en impuestos a las mineras S/ 4.595,80 millones, es decir, 23,5%. En febrero del 2022, el monto ascendió a S/ 588,7 millones, S/ 344,7 millones más que lo recibido en el mismo periodo del 2021.

Sin embargo sus ganancias vienen aumentando geométricamente, para tener una idea el cobre ha incrementado su cotización internacional en un 53,3% desde abril del 2020. Solo en lo que va de la guerra en Ucrania (24 de febrero), el metal rojo ha repuntado un 4,6%, su máximo histórico fue el 7 de marzo cuando tocó los US$ 10.845 TM.

Mientras según datos de la SUNAT en el 2021, la recaudación del sector minero ascendió a S/ 19.523 millones, S/ 13.615,3 millones más que en el 2020 (S/ 5.907,7 millones). Mientras que, en febrero de este año, los números ya llegaban a S/ 1.045,50 a diferencia del 2021 que recaudó tan solo S/ 919 millones.

Esto nos hace ver la necesidad de una reforma tributaria integral dirigida principalmente al 1% de los que más ganan, a fin de generar los ingresos necesarios que permitan mejorar la educación, salud pública, el acceso al agua y la conectividad rural, y el apoyo a la agricultura.

El exministro de economía Franke había propuesto durante su gestión, una reforma tributaria para generar impuestos a las “ganancias en exceso” entre ellas las empresas mineras. La propuesta es técnicamente aplicable para aumentar la presión fiscal sin perder competitividad internacional, como lo recomendó hasta el mismo FMI, ésta ha sido aplicada en otros países del mundo. Sin embargo el Congreso predominando sus intereses particulares se negó aprobar la propuesta dándole una vez más la espalda al pueblo.

El cobro de impuestos en toda sociedad es imprescindible para garantizar el logro de los objetivos del Estado como asignación de bienes públicos, distribución del ingreso, estabilización macroeconómica, entre los esenciales, los actuales niveles bajos de presión tributaria hace necesario ampliar la base tributaria, pero esta debe venir de los que concentran la riqueza y no golpear a los que menos tienen.

Si realmente el Gobierno quisiera atacar a fondo éstas desigualdades en la distribución del ingreso y la riqueza debería hacer una redistribución de los frutos del crecimiento económico para evitar que las ganancias de éste se sigan concentrando en pocas manos, empezando por eliminar las exoneraciones tributarias a los más ricos y mejorar la participación de los trabajadores y productores de pequeñas y medianas empresas en el ingreso nacional

El camino por delante no resulta para nada fácil. Sin embargo dar sustento a una reforma tributaria integral es técnicamente posible, que permita financiar la provisión de bienes y servicios públicos esenciales para un funcionamiento equitativo del Estado.